jueves, 29 de mayo de 2008

Parque en Señor de Luren.


A Ver Hagamos Color...

Amarillo, rojo, verde, rondas, cuentos, bailes, juegos...

"Este tanque, reservorio gigante de agua nos servirá de mural..."

Los muchachos de la Red han llegado al poblado llamado “Señor de Luren”. Hacen rondas con los peques y las peques poniéndose a charlar para jugar junto a ellos:

“Ahora nos damos todos las manos y nos presentamos uno a uno dentro de esta ronda” “Vamos a decir nuestro nombre con un movimiento. Yo me llamo...”

La mañana empieza así con voces de todos los colores pronunciando su propio nombre dentro de un juego colectivo donde todos empiezan a conocer el nombre de los demás.

“A ver que dibujamos acá en este reservorio, mmm...Qué desean que dibujemos niños...”.

Decenas de opciones se sueltan y empiezan las ideas a tomar voz.

“Dibujemos todos...”.

Por un lado se instalan los módulos de juego, por el otro hay que tomar pinceles y colores dibujando lo que salga de la imaginación para hacer un mural que identifique el parque. Enorme se agita empezando a bailar sobre esta planicie el viento. Todos están pintados con colores en los rostros y manos. Narices rojas y pinceles, sonrisas y pequeños participando juntos...Se siembran llantas y piedras que también se pintan. Caminos y senderos...Hay cansancio pero uno ya se acostumbra a ello. Hay fuerza también en la alegría que les rodea.

Con aquella fuerza compartida se trabaja sábado y domingo enteros para realizar las jornadas bajo aquel sol brillante de Ica.

Se llega al domingo y se está acabando de instalar el parque. Ya es tarde y hay que inaugurarlo. Los niños no quieren esperar más. Han participado del diseño y decoración de todo su parque de juegos y están listos para hacer uso de él. Suben a los toboganes y extienden las manos al descender por las resbaladeras. Las colas son largas pero todos quieren subir a él; luego a los columpios y los pasamanos. Risas y movimiento de rostros contentos. El sol cae y ya empieza a irse esta hora.

Al irse uno ve que aquellas imágenes del principio ya no están en la retina. Ahora se ha hecho color sobre la arena. Los niños han reflejado bien su alegría bajo el sol ardiente del mediodía; sobre la cara de la arena fija le han dibujado su sonrisa. Han tomado la piedra y le han dibujado rostros o una flor sobre una llanta. Sobre una planicie de arena han hecho un parque que con colores y juegos ahora ríe, baila y canta.

Taller de Fotografía.

Abre los ojos...
Mira...
Voy a detenerme en esta imagen...
1...2...3.
¡Click!
Allí Va...


Ricardo toma la cámara con ambas manos. “Alexis saldrá en la primera toma”

-Hey Alexis mira a lo lejos pensativo...

Su compañero se sienta y hace lo que Ricardo indica. La mirada la manda lejana y pensativa. De fondo la iglesia del señor de Luren, un árbol y un transeúnte ocupan el total del cuadro. Al lente de esa tarde la película de imágenes quietas está empezando a rodar...

“Quiero capturar ahora a Shon Hi”.... Shon Hi hace una araña con su cuerpo estirado sobre la vereda de la plaza, su nombre tiene un significado en Coreano que nombra al corazón, y su imagen es finalmente capturada. Vienen más adolescentes a pedirles posturas a la pequeña y a Diana y Katty, chicas de Eclipse Total, grupo artístico conformado por niños, niñas y adolescentes trabajadores pertenecientes a los NNATS, niños,niñas y adolescentes trabajadores de ICA que ahora están practicando con la cámara a tomar fotos como parte de uno de los talleres que la RED de Artistas Voluntarios realiza en aquel departamento.

Ahora viene “Mamá Nieves” y todos se aprestan a tomarle fotos. Pose para las cámaras de estos chicos y chicas Mamá Nieves, la segunda madre de todos estos muchachos. Ella acepta con una sonrisa. Sull Ki, hermano de Shon Hi corre hacia el césped y se lanza pidiendo a gritos que le tomen fotos. Todos acuden a él envueltos en risas y algunos le piden con seriedad que modele ante la cámara. Sull Ki se lo toma muy en serio y enseña unos gestos de Hip-Hop a los demás muchachos. Los flashes salen disparados. La película avanza así como los minutos. Al final de esta tarde todos tendrán fotografías que revisarán y podrán ver lo que quisieron capturar.

Aún queda película!!!

A ver...Ven, posa...mira a lo lejos sentado... pensativo...

Abre los ojos...
Mira...
En esta imagen voy a detenerme...
1...2...3
¡Click!
Allí va...

Esta Tarde como tantas Otras...





Esta tarde como tantas otras...


...Los ojos de Percy no miran al mar. Sus ojos reflejan la enorme duna de arena que se eleva frente al asentamiento poblado de Virgen De Asunta ubicado en la ciudad de ICA. Es sábado medio día y la tarde empieza. No hay nada más imponente que aquella masa gigante compuesta de arena por donde casas pequeñas se agrupan poniendo algo de vida sobre la tierra. Debajo de ella estamos alrededor de niños pequeños jugando a hacer algo pequeño y cálido que refleje alegría en el aire. Miramos nuestra maqueta y tenemos que poner sobre unos metros cuadrados de tierra juegos y compañeros nuevos para estos pequeños. Ellos pondrán el resto con su alegría y vitalidad repletas de tiempo y color. Yo miro los ojos de Percy y cada uno de nuestros compañeros observa la risa y mirada de todos los niños presentes. Desde hace ya un tiempo tienen tantos ojos, abrazos y afectos de esta experiencia maravillosa de compartir con ellos un espacio dentro de sus propios días. La Red de hilos de colores se extiende entre todos los pequeños y con ellas nos damos cuenta que ya no hay principio o final separados si no un único trazo largo hecho de pequeñas partes entrelazadas. Aportando cada uno de nosotros nuestra pequeña parte creamos algo grande para dar y abrazar.

Percy me ha dicho que conoce el mar de Lima. Yo le digo que detrás de esa duna también hay un mar. Los muros detienen posibilidades. Percy manda su mirada lejana y se queda mirando dubitativo aquella duna amarilla y gigante. Por supuesto que también hay un mar y también un sol, y un cielo limpio ante la mirada sincera de alguien como un niño que todavía se conecta con la tierra. Limpiamos de pequeñas rocas este suelo que pronto llegarán los módulos de juego. Tendremos que echar color a las piedras y a las llantas. Tendremos que correr y jugar. Seremos niños de nuevo compartiendo todo. Haremos canciones y las cantaremos. Bailaremos y diremos todos nuestros nombres. Cada uno traerá su historia como ojos niños que miran más allá de las dunas. Con ojos niños como mares siempre abiertos.

Pájaros de plastilina crecen en las manos de otro pequeño, el más travieso de todos ellos, que se esmera con sumo cuidado y concentración por hacer una pareja de pájaros buscando plastilina de colores para hacer el nido con huevillos de ambos.
Los dibujos de los chicos nos cuentan las visiones de cada uno de los pequeños. Allí hemos visto toda una casa caída por el terremoto. La memoria aún está fresca. En otro dibujo los niños colocan el nombre de este parque: “Arco iris de 12 colores, hadas y duendes que cuidarán en la noche el parque, rosas que saben volar, amigos que han venido a jugar y compartir y miles de etcéteras en la imaginación de los niños en la que todo lo bueno siempre es posible” También ellos deslizan sus inquietudes y percepciones haciendo un cuento de su propio parque : “...Y entonces vinieron niños y niñas y jóvenes de todo el mundo para ayudar a construir nuestro parque”...De todo el mundo...

Esta tarde, como tantas otras, encierra una posibilidad. Pero esta tarde la posibilidad ya no está encerrada. En un mundo de hombres que buscan dioses, hombres que hacen la guerra a otros hombres. Esta tarde como tantas otras Hombres juegan con niños, niñas y adolescentes bajo una duna enorme de arena. Hombres juegan con los que han venido a la tierra para ser en ella lo que nosotros fuimos: Niños pequeños riendo, soñando, saltando lo más alto para ser felices. A estas horas ya no sé distinguir un niño de un adulto si juegan tan contentos ambos.
Esta tarde ahora la duna nos está mirando y guardará memoria de los cuentos y dibujos y canciones que los niños han realizado. Quizás se lo cuente al mar de ICA. Mañana nos iremos y es sabido que nos llevamos dentro un pedacito de este suelo. Mañana cuando llegue el momento de irse algunos no podremos comprender en donde acaba la tristeza y donde empieza la alegría, lo único que tendremos claro es que no nos estamos yendo. Mañana me darán una banderita pequeña de dos colores. Ante ese gesto yo sólo diré gracias a la niña que me la entregará. Buscaré a Percy y lo hallaré jugando en un mar de niños alegres, otro mar, de sonidos de risas y colas largas por probar los juegos. A cinco horas de Lima este rinconcito del mundo pertenece a todos; así cuando nosotros sepamos de otra tarde sabremos que el tiempo da estas oportunidades de que cada hora, mañana y tarde puede ser una oportunidad para nosotros de hacer sonreír un niño pequeño. De compartir con el futuro este presente al cual nos llevaremos adelante para llenar la palabra siempre.